domingo, 30 de octubre de 2011

Social Media y Legislación periodística en Costa Rica


Aunque  aún hace falta definir detalles,   ya es un hecho que en el mes de diciembre se realizará la mesa redonda Social Media y Legislación periodística en Costa Rica.  Esperamos la participación de  representantes de la Asamblea Legislativa, de  la Corte Suprema de Justicia,   algunos bloggeros y periodistas especializados.    Pronto tendré  más detalles. 

jueves, 27 de octubre de 2011

Unos minutos en la tv




Un hombre moreno, pequeño, muy delgado, da pasos acelerados. El corazón le palpita con fuerza, parece que se le quiere escapar del pecho. A ratos se queda sin aliento. Casi a saltos baja las gradas de barro. El camino agoniza sobre una ladera cubierta de pequeñas casas de lata, la puerta de cada una da a un mundo similar al suyo, lleno de miseria.

Inesperadamente otro hombre, un poco mayor sale a su paso, lo saluda como si lo conociera. No puede evadir mirarlo: una gran serpiente oscura, compuesta por tejido queloide yace eternamente sobre su costado izquierdo, como si se alimentara de su carne. Rápidamente levanta la mirada, observa la bahía. Una tenue neblina blanca cae sobre el mar.

Llega a la puerta de su casa, revuelve su bolsillo, siente el pequeño rollo de billetes con las yemas de sus dedos. Es el pago por adelantado. Respira profundo, se calma un poco. No hay vuelta atrás. Empuja suavemente la puerta y entra. Lo reciben seis niños, el mayor tendrá ocho años, la menor está acurrucada en los brazos de su madre, llorando. Tiene hambre. No hay nada que darle. Los otros están semidesnudos, alrededor de una hoguera, jugando entre ellos, sobre el barro. Lo miran fijamente con sus ojos negros, muy grandes, como platos vacíos.



Sus ojos son semillas solitarias, cuencas famélicas. Por primera vez tiene algo bueno que decirles, pero no sabe cómo hacerlo. Ellos no lo entenderían. Para él han dejado de ser pobres.

Cuando entra, ella no le levanta la mirada, lo ignora, está triste. Él sonríe. Las pequeñas calaveritas le muestran sus dientes y los espacios vacíos que van quedando cuando se caen. La mujer sigue absorta, moviendo un plátano que hierve en un caldero sobre el fuego. Tampoco quiere escucharlo. Sabe del dinero, sabe del mercado negro, de los hombres que lo hacen, sabe que muchos mueren durante la operación o en el proceso de recuperación. Sabe que nunca se recuperan completamente. No hay cómo, ya no están completos. Es como si les arrancaran parte de su fibra interior. Luego de la operación quedan débiles y enfermos, muchos no pueden volver a trabajar. Cuando se acabe ese dinero, la miseria será aún peor, probablemente ella tendrá que cargar con él. Pero no sabe cómo escapar del demonio que les quiere robar la vida.

Sabe que esa mañana vendió un riñón en el mercado negro, como si hubiese vendido un pedazo de cualquier animal.

lunes, 24 de octubre de 2011

El Baterista



Eran las dos de la mañana, un fino sereno caía sobre la calle. Nosotros éramos dos dibujos tenues, fantasmas blancos e íbamos sobre el asfalto, despidiéndonos. Habíamos fumado y tomado toda la noche. Caminamos hasta la esquina. Él, un gigante de dos metros, extendió la mano y me dijo adiós. Días después dejé todo atrás, sin rumbo, sin destino claro. Me marche, según yo, a convertirme en escritor.

Mi amigo tenía planeado hacer algo parecido. En unos meses se iría a Cuba a estudiar percusión con un gran maestro. Su sueño era ser baterista de una banda de jazz y viajar por el mundo, tocando.

Fue el artista más apasionado que he conocido. Pasaba las 24 horas del día ensayando y estudiando, entregado por completo a la música. Creo que cuando nos veíamos era uno de los pocos momentos en que dejaba el jazz y se ponía a conversar sobre literatura, aunque siempre terminaba hablando de la vida de los grandes músicos, los bohemios que admiraba.

Hace dos meses regresé. Soy veinte años más viejo, estoy dieciocho kilos más gordo, cargo con un divorcio  y dos hijos hippies (vagando por ahí, igual que lo hice yo). Tengo algunos libros publicados que luchan por sobrevivir en la industria editorial, y ando lleno de melancolía. Por eso fui a visitar nuestro de barrio, donde crecimos, para recordar el lugar que extrañé por tanto tiempo.

El barrio aunque cambiado, seguía siendo el mismo. Cuando llegué a la esquina, donde dejé a mi amigo, no pude dejar de pensar en él.

Un poco nervioso fui a su casa. Toqué el timbre. A la tercera,  se abrió la puerta y salió una viejita de pelo blanco, vestida como una flor de Santa Lucía. Tenía los ojos casi secos, sabía que no me reconocería jamás. No quise explicarle quién era, únicamente le pregunté:

     –¿Está Felipe?
     –Está estudiando música en Cuba.

Probablemente la memoria de la señora estaba fallando. Cuando regresé a casa, tomé mi agenda telefónica y comencé a llamar a algunos viejos amigos.  Nadie sabía nada de él, pero alguien me habló de Diana, su novia de años. Ya era tarde,  pensé esperar al día siguiente para llamarla. No obstante la llamé a la una de la mañana. Al otro lado, una voz gruesa respondió. Después de presentarme, de hacer una breve plática y de que me contara que se había hecho actriz de teatro, dijo:

     –A veces hablaba de vos.
     –¿Qué decía?
     –Que eras el que lo iba a lograr.
     –¿Lograr qué?
     –Ya sabés, convertirse en artista, viajar por el mundo —no supe responder.
     –¿Se fue para Cuba, logró convertirse en músico de jazz?
     –Sí, se fue para allá, ese era su sueño. Mirá te lo voy a decir de una vez –hizo una pausa y continuó– en Cuba se contagió de Sida. Vino a morir al país hace diez años, murió en un albergue para desahuciados, lo acompañé hasta el final. La mamá no sabe nada. Felipe no quiso que se enterara. La señora se volvió loca preguntando qué había pasado con su hijo. Para ella, Felipe continúa en Cuba, sigue teniendo veinte años.

Sus palabras fueron filosas tijeras que cortaron mi garganta. Se hizo un frío tenebroso entre nosotros. Terminé la conversación.

El Baterista era para mí símbolo de pasión y perseverancia. Su recuerdo me había motivado durante años a dedicarme a lo que amaba. Durante  noches de trabajo y soledad fue la imagen de El Baterista, tocando en un cuarteto de jazz, la que me acompañó. Lo imaginaba en Nueva Orleans, en Nueva York, en París. En tantas ciudades, reviviendo las aventuras de sus admirados músicos.

A las tres, tomé de nuevo el teléfono.

     –Sabía que ibas a volver a llamar –dijo ella, guardé silencio.
     –Murió junto a su batería, tocando en soledad.

Esa mañana amanecí sin haber dormido ni un minuto. Antes de las seis salí en mi carro, con dirección a un bosque de eucaliptos. Mientras manejaba, una visión vino a mi mente. Estaba sobre un escenario, tocaba frente a un auditorio que parecía estar vacío. Desde una de las butacas, entre las sombras, me miraba El Baterista.

Me interné en el bosque, busqué un claro y me recosté. Respiré el olor de los eucaliptos, escuché los pájaros y el ruido de los árboles. Sentí el sol calentar mi piel. Descansé un poco, necesitaba recobrarme, tenía que volver a escribir. Aunque los libros terminen en máquinas recicladoras de papel.

domingo, 23 de octubre de 2011

Rarezas y artefactos: 11 de marzo



Se escuchó un sonido vibrante, como un moscardón mecánico, era un avión pequeño que  volaba bajo, aún no salía el sol. Encendió la tv. Un terremoto había devastado una nación entera.
La gente primero se quedó quieta, esperando a que pasara. Algunos sacaron sus teléfonos y cámaras, comenzaron a grabar la tragedia que se les venía encima.
Entonces
cayeron los libros
lo que había en los estantes
 todo se comenzó a desmoronar
                                                                                   cundió el pánico
salieron a la calle
fueron a las zonas seguras
pero la tierra
se abrió
las líneas del tren
se retorcieron
las tuberías de gas
los oleoductos
se resquebrajaron
iniciaron los fuegos
las fugas de radioactividad
la gente
cayó
de rodillas
sonaron
las alarmas
                                     el
infierno
           estaba
allí
corrieron
hacia
zonas más altas
lo que se venía era fulminante
miraron el mar
a lo lejos
           los tropeles gigantes
venían
despavoridos
lloraron
se abrazaron
los niños preguntaron a papá
¿qué pasa?
papá silenció un lamento
la barreras de la ciudad nos tienen que proteger
las olas se acercaron a la costa
nada los podría haber protegido de eso
las cámaras
seguían grabando
se escuchó un estruendo
la naturaleza
quería
 borrar al hombre
darle una lección
porque
el hombre no aprende
el Tsunami lo arrasó todo
detrás no quedó nada.

A los vivos
no les queda otra que esperar
que baje el agua
y luego
salir a buscar a sus muertos

¿papá, a donde está mamá?

 La presentadora de noticias acababa de anunciar que la cifra de muertos y desaparecidos era superior a diez mil y el recuento apenas comenzaba.  Días difíciles para Japón.
Trató de dormir un poco más pero no pudo, se levantó, fue a la ventana, sintió el aire. Frente a él, se dibujaba un mar de azoteas de cemento, antenas de televisión, cables eléctricos que partían el firmamento y los techos oxidados de una ciudad tóxica. No sabía si se debía a la lluvia que venía o al smog, probablemente a las dos y más tarde caerían lágrimas oscuras.
Antes de las ocho estaba en la tienda de la esquina, bebiendo un café, junto a otros hombres y mujeres que iban para el trabajo, mirando las noticias en una pantalla gigante. Los noticieros continuaban anunciando la tragedia que se vivía en Japón. Comenzaban a hablar  del desastre radioactivo de la central de nuclear de Fukushima.  
Un viento frío se le coló hasta  los huesos.






pero la realidad supera a la ficción... 






viernes, 21 de octubre de 2011

Invitación - Desafíos de la Libertad de Expresión en Costa Rica


El foro es organizado por el Observatorio de la Libertad de Expresión, con el fin de promover la discusión sobre el Derecho a la Comunicación y la formulación de políticas públicas.


Panelistas:  Aida Faingezicht Waisleder, Alicia Fournier Vargas, Luis Guillermo Solís Rivera y Víctor Emilio Granados Calvo.

domingo, 16 de octubre de 2011

La otra cara de la moneda



En mi anterior post, me referí al Periodismo Participativo, la internet, los ciudadanos, etc. Mencioné dos medios que han visto en  ventaja,  en la amenaza. CNN, con su programa  i Report y  Le Monde Diplomatique, con su estrategia de crear contenido periodístico de relevancia internacional. Ambas estrategias para adaptarse  y competir en la Red.  

Pero ahora me encuentro este video,  de Wolfgang Donsbach, editor de la International Journal of Public Opinion Research, recién grabado en Lima Perú, durante la 67 reunión de la Sociedad Interamericana de Prensa. Dice  el señor que el papel de  Internet ha sido sobrevaludado en los últimos años, incluso da un dato interesante, la gente más joven está viniendo a  Internet, si, pero no  a buscar noticias.  

Me gusta que  hace énfasis en la calidad del  trabajo   periodístico, como   alternativa de diferenciación.


sábado, 15 de octubre de 2011

Ver la ventaja en la amenaza





Con los  cambios tecnológicos recientes la información ya no es exclusiva de  un  grupo privilegiado, cualquier persona puede  producir información  con una computadora, una cámara de video o de fotografía  y  publicarla en Internet, a través de una red social o de algún blog.  

El valor social  de la información es hoy mayor que nunca, millones de personas  están dispuestas a crearla y distribuirla, sin ninguna retribución a cambio, al menos económica.   

El impacto  de un colectivo que informa y se manifiesta respecto a un tema, usando los nuevos soportes digitales, está más que probado, sobre todo con los últimos acontecimientos políticos y sociales  en España y  el mundo árabe,  en las cuales los medios sociales han sido  clave para organizar movimientos ciudadanos con incidencia real. 

Hasta hace unos años la competencia más fiera entre los medios periodísticos se daba para obtener la primicia.  Hoy esa competencia está perdida, los medios tradicionales no pueden competir contra los miles de personas que  están en la calle recopilando, procesando y distribuyendo  información.

Algunos medios se han dado cuenta que si bien pierden la carrera de la primicia, ganan en cuanto a calidad de la información,  pues tienen más recursos para  investigar, analizar e interpretar los hechos.  Esa es su ventaja competitiva. 

No todas  las empresas periodística han visto  en la participación ciudadana una amenaza, sino que el por el contrario  han  encontrando una nueva oportunidad para el medio,  estimulando que su audiencia participe en la producción de noticias.   Esto los ha hecho partícipes de los acontecimientos pues es la misma gente que protagoniza los hechos, la que informa.  Un ejemplo de esto: i Report de CNN


Solo  los medios periodísticos que puedan adaptar sus procesos de producción y distribución de información a los nuevos  hábitos de consumo son los que sobrevivirán  en los   próximos años, pues  todo este nuevo andamiaje tecnológico también ha generado mayor competencia, en todo sentido. 


Un ejemplo. Ante la voraz globalización de la información, Le Monde Diplomatique ha detectado la  oportunidad de competir con otros medios, publicando  historias con contenido internacional,  no en vano cuentan con 71 ediciones internacionales, algo  similar a lo que ha hecho Elpais.com, lo que  ha dado como resultado la aparición de medios digitales  globales.  

Lo que está claro. Pero hay que tener algo claro, el  soporte de la información cambia, como lo ha hecho   siempre, desde la aparición  de los primeros periódicos en Alemania, alrededor de 1600,  hasta la aparición del cine, la radio,  la TV, y ahora Internet, pero  los valores que guían al buen periodista no deben cambiar. El interes por la veracidad, por contar una  historia interesante, por averiguar un hecho deben permanecer. Eso es lo que marca la diferencia. 

viernes, 14 de octubre de 2011

lunes, 10 de octubre de 2011

Bolaño



Yo he sido feliz casi todos los días de mi vida, al menos durante un ratito, incluso en las circunstancias más adversas. 


Última entrevista

domingo, 9 de octubre de 2011

Recomendación: Nosotros, el medio





Un  excelente libro sobre medios sociales, periodismo y las tendencias modernas que  lo están definiendo.  Un  libro  importante para  periodistas y comunicadores.  Comenzar a leer

sábado, 8 de octubre de 2011

Periodismo en México, profesión suicida


Una mañana cualquiera, mientras visitaba el  negocio  de un amigo, en el pueblo de Jojutla, en el  estado de Morelos (México),  una motocicleta  se parqueó frente a nosotros. Un hombre joven, que sonreía, y que traía un cámara en el cuello, se presentó:
     – Antonio Morquecho, en el lugar de los hechos– de inmediato mi amigo agregó que Morquecho era el reportero del pueblo, ganador de varios premios y reconocimientos.   
Su especialidad: cubrir las atrocidades  producidas por el narco y el crimen organizado.
Medio en broma, medio en serio, Morquecho dijo que incluso una banda había grabado un narco corrido en su honor.
De inmediato sacó un  Ipod y lo puso para que lo escucháramos. “… en el lugar de la noticia, anda rifándose el cuero…”, decía la canción, en referencia a una  balacera  acaecida en el  pueblo, y en la cual  Morquecho estuvo presente.    
Alegre, me contó que su trabajo consistía en cubrir  los acontecimientos que sucedían en el pueblo, a bordo de su motocicleta, para reportar los muertos, los desmembrados, los secuestros y las extorsiones.  Lo dijo casi como si se tratara de un juego, a pesar de que  se estima que el número de muertos relacionados con la guerra contra el crimen organizado  sobrepasa los 35 000 muertos, 15 000 de ellas en el 2010, según la organización Reporteros sin Fronteras.
Hoy me pregunto: –¿Morquecho, seguirá con vida? ¿Podrá su misticismo y ética con las balas y el fuego?
Ojalá que así sea.  
Según cifras del International Press Institute, México es el país más peligroso para  ejercer esta profesión, al 8 de octubre del 2011,  tenía registrados 12 periodistas muertos, seguido por Iraq, con 9, y Honduras, Brasil, Chile y Libia,  con 5.   
Cabe hacer una observación, en el caso de Iraq, y Libia reina un clima bélico y de inestabilidad política. En Honduras, hace alrededor de dos años que se dio el golpe de estado que derrocó al presidente Zelaya.  Pero en México no sucede  esto, de hecho, se  supone   que hay una democracia  relativamente sana, en la cual  hay al menos tres partidos políticos fuertes, disputándose el poder.
“Mafias y carteles representan hoy a escala mundial la principal amenaza para la libertad de informar. Fenómeno transnacional, el crimen organizado no se reduce al sangriento ajuste de cuentas o a hechos dispersos, se ha convertido en una verdadera influencia de la economía paralela sobre la economía legal, que la prensa tiene enormes dificultades en describir. Inaprensible y lejos del tiempo mediático, el crimen organizado es cada vez más amenazante para la seguridad de los periodistas, pero también para la capacidad de investigación del cuarto poder, señaló Reporteros sin Fronteras, en su informe Crimen organizado, la información entre sus  manos, publicado en febrero anterior.