sábado, 8 de octubre de 2011

Periodismo en México, profesión suicida


Una mañana cualquiera, mientras visitaba el  negocio  de un amigo, en el pueblo de Jojutla, en el  estado de Morelos (México),  una motocicleta  se parqueó frente a nosotros. Un hombre joven, que sonreía, y que traía un cámara en el cuello, se presentó:
     – Antonio Morquecho, en el lugar de los hechos– de inmediato mi amigo agregó que Morquecho era el reportero del pueblo, ganador de varios premios y reconocimientos.   
Su especialidad: cubrir las atrocidades  producidas por el narco y el crimen organizado.
Medio en broma, medio en serio, Morquecho dijo que incluso una banda había grabado un narco corrido en su honor.
De inmediato sacó un  Ipod y lo puso para que lo escucháramos. “… en el lugar de la noticia, anda rifándose el cuero…”, decía la canción, en referencia a una  balacera  acaecida en el  pueblo, y en la cual  Morquecho estuvo presente.    
Alegre, me contó que su trabajo consistía en cubrir  los acontecimientos que sucedían en el pueblo, a bordo de su motocicleta, para reportar los muertos, los desmembrados, los secuestros y las extorsiones.  Lo dijo casi como si se tratara de un juego, a pesar de que  se estima que el número de muertos relacionados con la guerra contra el crimen organizado  sobrepasa los 35 000 muertos, 15 000 de ellas en el 2010, según la organización Reporteros sin Fronteras.
Hoy me pregunto: –¿Morquecho, seguirá con vida? ¿Podrá su misticismo y ética con las balas y el fuego?
Ojalá que así sea.  
Según cifras del International Press Institute, México es el país más peligroso para  ejercer esta profesión, al 8 de octubre del 2011,  tenía registrados 12 periodistas muertos, seguido por Iraq, con 9, y Honduras, Brasil, Chile y Libia,  con 5.   
Cabe hacer una observación, en el caso de Iraq, y Libia reina un clima bélico y de inestabilidad política. En Honduras, hace alrededor de dos años que se dio el golpe de estado que derrocó al presidente Zelaya.  Pero en México no sucede  esto, de hecho, se  supone   que hay una democracia  relativamente sana, en la cual  hay al menos tres partidos políticos fuertes, disputándose el poder.
“Mafias y carteles representan hoy a escala mundial la principal amenaza para la libertad de informar. Fenómeno transnacional, el crimen organizado no se reduce al sangriento ajuste de cuentas o a hechos dispersos, se ha convertido en una verdadera influencia de la economía paralela sobre la economía legal, que la prensa tiene enormes dificultades en describir. Inaprensible y lejos del tiempo mediático, el crimen organizado es cada vez más amenazante para la seguridad de los periodistas, pero también para la capacidad de investigación del cuarto poder, señaló Reporteros sin Fronteras, en su informe Crimen organizado, la información entre sus  manos, publicado en febrero anterior.
 

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