sábado, 3 de diciembre de 2011

Redes que ayudan al ambiente



Hace  algunos años  las organizaciones se dieron cuenta que  debían estar en la Internet; que a través de un sitio web podían  dar a conocer  a un público más  amplio el trabajo que desarrollaban. Así emprendieron  la tarea de montar su sitio web con la información institucional,  algunas noticias, reportes de campo  y fotografías del trabajo realizado. Algunas, tal vez  más visionarias o quizás simplemente por tener un poco más de recursos, se aventuraron a crear sitios web un poco más complejos, con foros de  discusión, una de las primeras  herramientas de interacción  que facilitó la Internet.  En general se trataba de sitios web  unidireccionales, con un único emisor y múltiples receptores.

No obstante,  la  red evolucionó, se volvió  más amigable, más humana.  Se convirtió en la  web social, en la cual  las personas comenzaron a hablar sobre sus gustos, opiniones políticas, estados de ánimo y otros. Nuevos participantes se fueron sumando a la dinámica y comenzaron a surgir las nuevas conversaciones  de la web.   Comenzó a  armarse  el nuevo ecosistema  digital.   Nombres como You Tube y Flickr se comenzaron  escuchar  con mayor frecuencia.  Posteriormente florecieron las redes sociales, capaces de congregar a miles de usuarios  alrededor de un solo tema en cuestión de días, cuando no de minutos.  

Aprovechar los recursos disponibles

Lo mejor  de toda esta  evolución  es que la mayoría de estas herramientas son compatibles entre sí. Es más,  tiene sentido usarlas cuando se  está sacando provecho de todo el andamiaje.  Las organizaciones que lo han hecho, han dejado de ser sitios aislados y se convirtieron nodos de una gigantesca red, en la cual  lo más sencillo es publicar y compartir información. Por definición algunas de estas redes funcionan por afinidades, así  es como saben a quién le podría  interesar ser amigo de alguien más o formar parte de un grupo  que promueve una causa.  La información se enfoca en nichos temáticos.  A la organización le es más  sencillo enviar los mensajes  que necesita comunicar  a grupos con mayor interés.

Por si fuera poco, esta nueva generación de servicios cuenta con herramientas  muy sencillas  pero certeras para medir el impacto del  trabajo realizado en la web.  Es muy sencillo conocer indicadores tan básicos pero tan importantes como cuántas personas siguen determinado tema o  que temas son los que más interesan,  u otros más complejos, tales como fuentes de tráfico, horarios de tráfico y palabras claves que sigue una persona cuando llega al sitio  entre otros.

Ecobook de Pacto por la Vida

Es en este contexto que  la Unión Internacional para la Conservación para la Naturaleza (UICN), a través de su iniciativa Pacto por la Vida, puso en línea la red social Ecobook (www.eco-book.net). Esta red  tiene como  objetivo atraer a un público muy amplio  a la discusión de temas importantes  para el ambiente, mediante la  la asunción de compromisos y posteriormente motivarlos a la realización de acciones.  Si bien  el Ecobook propone a los usuarios algunos compromisos  que pueden asumir desde su ámbito más inmediato, también los estimula a que hagan sus propuestas y  que sean ellos mismos quienes lideren el cambio. 

Ecobook  cuenta con las herramientas  “clásicas” de las redes, tales  como chat, blogs, muros,  calendarios, galerías de fotos y videos, entre otros.   Pero además cuenta con innovaciones que buscan acercar y educar a las personas a los temas  más actuales de la discusión socio ambiental. Por ejemplo tiene una calculadora de emisiones de carbono que  permite conocer la huella de carbón en la casa, la oficina o cuando se realiza un evento,  trivias que permiten conocer sobre cambio climático,   uso del agua o biodiversidad y  una  radio digital, llamada Radio ATI,  producida desde Panajachel, Guatemala, por  el grupo de comunicación alternativa Movimiento ATI.

Sin lugar a dudas las dinámicas más interesantes  que favorecen las TIC´s  se dan cuando las personas de las más variadas procedencias geográficas interactúan  a través de un tema o interés común.  En el  caso de UICN  y su iniciativa Pacto  por la Vida,  mediante la preocupación latente por restaurar la relación con el ambiente. La plataforma  desarrollada para dicho fin: el Ecobook.



sábado, 12 de noviembre de 2011

Sobre la inmediatez y la homogeneidad de la información




“Internet es una extraordinaria herramienta que se puede utilizar para regenerar el periodismo. Pero no es el periodismo. Hay que tener cuidado con el espejismo de que todo está en la Red y que por tanto se puede explicar todo lo que ocurre estando sentados ante una pantalla. Eso es falso. El periodismo es ver, vivir, estar, no leer. Es necesario defender el contacto humano. Y es importante evitar que la exigencia de rapidez borre el espacio para la investigación y la reflexión”,  Bru Rovira,  premio Ortega y Gasset, El País  Internacional.


El  País Internacional, publica una entrevista  Bru Rovira, ganador del premio Ortega y Gasset (2004), en el cual se refiere a algunos aspectos importantes respecto a la simbiosis entre periodismo e Internet.  Una mira crítica y precisa sobre,  los invito a leer la entrevista.  

Destaco  tres de estos elementos y doy una breve reflexión.

 La rapidez es buena, pero se necesita tiempo para entender  lo que está sucediendo.  Hace tiempo un editor  me decía que había que dejar  el texto reposar  unos cuantos días para luego retomarlo y mejorarlo. Cada vez que lo hacía encontraba  defectos y carencias en forma y contenido que inicialmente no había visto. Definitivamente,  es necesario contar tiempo suficiente para procesar y entender la información.  Ahora bien, la situación se agrava cuando nos encontramos frente a  temas  complejos, como movimientos sociales,  sucesos políticos y  cuestiones económicas. Entonces,  o procesamos, y complementamos la información o nos dedicamos a repetirla como pericos. 

Homogenización de contenidos.  Patético, destruye la singularidad de la información y los estilos, algo que antes  era  una característica definitoria de los medios ahora ya no existe. Hay una asepsia   en la construcción de la información y una economía en el lenguaje que raya en lo maquinal.   Escribir una buena entrada,  usar bien los adjetivos, la construcción de figuras dejó de ser   importante en los medios digitales. 
Además todos los medios tienen la misma información, como si todos siguieran lo dictan algunos otros medios.  Aunque  esto siempre ha sucedido,  ahora es más evidente, al igual que el plagio y el robo de las ideas.


La dictadura de la audiencia.    Hace unos días visité uno de los canales de televisión más populares en  Costa Rica.  Uno de los productos me   dijo que el orden del noticiero y el contenido eran diseñados  según   las ratings.   La pregunta  natural es – ¿qué prefiere la audiencia –y la respuesta fue– Sucesos, notas sexis y notas  divertidas.     Si el periodista únicamente se  guía por esto, los medios  se llenarían de basura (muchos ya lo están, como dicho noticiero). Entonces cabe preguntarse si lo que hacen es periodismo y para que sirve su información.   ¿Para ser una sociedad vacía? 


domingo, 6 de noviembre de 2011

El reto: sumar valor a la información


En el 1972,  Marshall McLuhan y Barrington Nevitt, acuñaron el término prosumidor –en inglés, prosumer–, un acrónimo que procede de la fusión de dos palabras: producer (productor) y consumer (consumidor), previendo que  en el futuro, la tecnología  permitiría al consumidor asumir simultáneamente los roles de productor y consumidor de contenidos.

Hoy  esta es la realidad que  vivimos, casi cualquier persona puede crear información (un  teléfono con cámara es  suficiente para hacerlo)  y publicarla  en  Internet, utilizando cualquiera de los  recursos que ofrece   para este fin, por ejemplo una red social o un blog.

En muchos casos esta información tienen  valor periodístico, ya sea  porque  se trata de primicias, de denuncias, o  porque es información que burla los cercos informativos impuestos por algunos regímenes políticos, entre otros. 

Por ejemplo, en la guerra de Irak, uno de los soldados  estadounidenses fue uno de los primeros blogueros   que comenzó a reportar de manera independiente lo que sucedía en Bagdad durante los bombardeos por parte del ejército estadounidense.

Algunos investigadores, han  determinado que el “matrimonio”,  entre la  Internet y  el periodismo han pasado por tres  etapas:  

Periodismo 1.0:  Es el que traspasa contenido tradicional de medios analógicos al ciberespacio, como  lo hicieron los medios tradicionales, cuando comenzaron a crear sitios web.
Periodismo 2.0: es la creación de contenido para la red, por ejemplo los medios cuentan con dos ediciones diferenciadas, la tradicional y la digital.   
Periodismo 3.0: socializa ese contenido y a los propios medios.  En esta  etapa, los medios crean facilidades para que la comunidad que los sigue pueda  aportar y socializar el contenido.

Dado el estado actual de la tecnología, se puede decir que estamos en  el  Periodismo 3.0, las personas generan su propio contenido  y lo publican, en la web. A esto también se le ha denominado Periodismo Participativo. 

Pero  hay  quienes se han sentido amenazados por esto.  La venerable profesión del periodismo se encuentra en un raro momento de la historia donde, por primera vez, su hegemonía como guardián de las noticias es amenazada no solo por la tecnología y los nuevos competidores, sino, potencialmente, por la audiencia a la que sirve. Armada con herramientas de edición Web fáciles de usar, conexiones permanentes y dispositivos móviles cada vez más potentes, la audiencia en línea tiene los medios para llegar a ser un activo participante en la creación y diseminación de noticias e información”, tomada del libro,  Nosotros, el medio (Bowman,Willis, 2005, p 7).

Ahora bien, teniendo esto en mente,  realicé un sondeo a tres periodistas, de medios que  hacen  un uso intensivo de las nuevas tecnologías. Se trata de Esteban Mata, quien labora en el diario  La Nación,  Juan Miguel   Tirado, de la Revista IT NOW y Roberto  Acuña, también de La Nación (edición digital).

Para  Mata, esta facilidad para crear contenido exige al periodista  nuevos retos; adaptarse a las nuevas tecnologías y lidiar con el  flujo desmedido e inmanejable de información,  para darle a  esa información un adecuado tratamiento,  acorde  con los parámetros éticos y de calidad.   “El periodismo, para sobrevivir, debe diferenciarse en el tratamiento profesional de la información. De lo contrario, se daría un caos, un exceso de datos y acceso sin un responsable que firme y compruebe la información que circula. Ese, a futuro, será el reto para que el periodismo se distinga en un rango profesional y para que a su vez, el periodista sea respetado como profesional”.

Adaptarse, clave de sobrevivencia.

Según el periodista Tirado, quien se desempeña como editor de la Revista IT NOW, las nuevas tecnologías crean oportunidades en cuanto al acceso a la información, desde motores de búsqueda especializados, interpretación de datos crudos, y otra serie de ventajas que antes se traducían en interminables horas hombre. “Esto en cierta medida nos ha facilitado la vida, pero también nos ha obligado a ser más rigurosos con lo que publicamos y el tratamiento que le damos a la información. Nos va a obligar a convertirnos en reales curadores de la información, porque copiar y pegar datos en una red social lo hacemos todos, pero qué valor podemos aportar a los usuarios/lectores finales es la pregunta que debemos hacernos”. 


Sin miedo a la tecnología.

De los tres  periodistas, el más joven es Roberto Acuña, quien tiene  un año  trabajando en la edición digital del  periódico La Nación,  a su criterio,  en un medio moderno debe existir un  balance  entre los periodistas de vieja guardia, quienes tienen  profundo manejo de dicho oficio, y los periodistas jóvenes, quienes manejan con comodidad  tecnologías variadas, pero que no dominan la profesión tan bien como los otros.
En mi caso lo que me ha  ayudado  es que no siento miedo a usar herramientas tecnológicas, lo  mismo puedo escribir un artículo, editar un  video o  subir la edición a la web”.

Tareas tecnológicas de los periodistas: 

Esteba Mata /La Nación

En mi caso, por estar acostumbrado al periodismo escrito, la convergencia me ha obligado a hacer de camarógrafo, locutor y moderador de chats en línea, lo cual sin duda, ha implicado un reto.

Juan Miguel Tirado/ Revista IT NOW

Laboro en un medio que está intrínsecamente ligado con la tecnología, además tiene cobertura regional por lo que las herramientas de colaboración, así como los motores de búsqueda y otras herramientas son los que facilitan el día a día.

Roberto Acuña /La Nación


En mi caso lo que me ha  ayudado  es que no siento miedo a usar herramientas tecnológicas, lo  mismo puedo escribir un artículo, editar un  video o  subir la edición a la web.

Iniciando con Storify



Storify es una herramienta “simpática”, sencilla  y fácil de utilizar que en pocos clics permite agrupar o encapsular  información  similar y compartirla  rápidamente a través del múltiple tinglado social de la web.      

Para un  usuario promedio eso  puede ser suficiente pero  no para un periodista. 

El  periodista TIENE que encontrar un  uso estratégico para Storify, que le permita ampliar la información, profundizar, interpretar  o ilustrar su historia.   



1. Agrupar 
2. Procesar
3. Mejorar
4. Mezclar
5. Crear cronologías. 


Si  un periodista logra esto Storify es un servicio valioso, útil en  su oficio, de otra manera, no es más que otra herramienta  para agrupar información, jerarquizarla  y   compartirla,  en en un entorno caótico y  repleto de  información redundante. 

El problema es que cuando un periodista se limita a esto último  degrada  el oficio, pues  lo lleva al nivel de la máquina, de la computadora, pues viéndolo fríamente esas tareas las puede realizar un software, probablemente a más  bajo costo, más  rápidamente y con mayor capacidad de procesamiento.  

Así que hay que estar claros que al  comenzar a usar un servicio de este tipo, más que facilidades, encontramos un reto  a superar, en donde la creatividad y el no  miedo a la tecnología son la clave para crear  contenidos periodísticos diferenciados, algo que la mayoría del tiempo se logra experimentando. 


Ejemplo de una historia creada con Storify:

http://storify.com/Fabioviquez/elecciones-en-nicaragua

También disponible en este blog (entra previa)


Storify - how to






miércoles, 2 de noviembre de 2011

Tercer Encuentro de Medios e Iniciativas de Comunicación Alternativa





De Parte de los organizadores: 


La Red MICA es un espacio de reflexión y articulación de iniciativas y medios
de comunicación alternativa cuyo objetivo es garantizar la comunicación equitativa,
participativa, integral y democrática en Costa Rica, por lo que cada año realizamos un
encuentro con los diversos sectores que la integran para analizar aspectos de la coyuntura
nacional y en particular lo concerniente al campo de la comunicación social.

El foro se realizará el día martes 15 de noviembre a partir de las 9:30 am y hasta
las 12:00 md, en el Instituto Cultural de México, ubicado 250 metros Sur de la Agencia
Subarú, en Barrio Los Yoses, San Pedro Montes de Oca. En la actividad se contará con la
participación de la Sra. Montserrat Sagot, el Sr. Juan Carlos Mendoza, y el Sr. Iván Salas
como panelistas.


martes, 1 de noviembre de 2011

¿Gobernanza? ¿Cómo se come eso?


Comienzo un proceso de deconstrucción  de conceptos tales como gobernanza, adaptación de los ecosistemas y cambio climático, para crear productos de comunicación para diferentes audiencias , entorno a al proyecto para la Buena Gobernanza del Agua de la UICN.   Mucho análisis y aprendizaje  en un corto de  periodo.




domingo, 30 de octubre de 2011

Social Media y Legislación periodística en Costa Rica


Aunque  aún hace falta definir detalles,   ya es un hecho que en el mes de diciembre se realizará la mesa redonda Social Media y Legislación periodística en Costa Rica.  Esperamos la participación de  representantes de la Asamblea Legislativa, de  la Corte Suprema de Justicia,   algunos bloggeros y periodistas especializados.    Pronto tendré  más detalles. 

jueves, 27 de octubre de 2011

Unos minutos en la tv




Un hombre moreno, pequeño, muy delgado, da pasos acelerados. El corazón le palpita con fuerza, parece que se le quiere escapar del pecho. A ratos se queda sin aliento. Casi a saltos baja las gradas de barro. El camino agoniza sobre una ladera cubierta de pequeñas casas de lata, la puerta de cada una da a un mundo similar al suyo, lleno de miseria.

Inesperadamente otro hombre, un poco mayor sale a su paso, lo saluda como si lo conociera. No puede evadir mirarlo: una gran serpiente oscura, compuesta por tejido queloide yace eternamente sobre su costado izquierdo, como si se alimentara de su carne. Rápidamente levanta la mirada, observa la bahía. Una tenue neblina blanca cae sobre el mar.

Llega a la puerta de su casa, revuelve su bolsillo, siente el pequeño rollo de billetes con las yemas de sus dedos. Es el pago por adelantado. Respira profundo, se calma un poco. No hay vuelta atrás. Empuja suavemente la puerta y entra. Lo reciben seis niños, el mayor tendrá ocho años, la menor está acurrucada en los brazos de su madre, llorando. Tiene hambre. No hay nada que darle. Los otros están semidesnudos, alrededor de una hoguera, jugando entre ellos, sobre el barro. Lo miran fijamente con sus ojos negros, muy grandes, como platos vacíos.



Sus ojos son semillas solitarias, cuencas famélicas. Por primera vez tiene algo bueno que decirles, pero no sabe cómo hacerlo. Ellos no lo entenderían. Para él han dejado de ser pobres.

Cuando entra, ella no le levanta la mirada, lo ignora, está triste. Él sonríe. Las pequeñas calaveritas le muestran sus dientes y los espacios vacíos que van quedando cuando se caen. La mujer sigue absorta, moviendo un plátano que hierve en un caldero sobre el fuego. Tampoco quiere escucharlo. Sabe del dinero, sabe del mercado negro, de los hombres que lo hacen, sabe que muchos mueren durante la operación o en el proceso de recuperación. Sabe que nunca se recuperan completamente. No hay cómo, ya no están completos. Es como si les arrancaran parte de su fibra interior. Luego de la operación quedan débiles y enfermos, muchos no pueden volver a trabajar. Cuando se acabe ese dinero, la miseria será aún peor, probablemente ella tendrá que cargar con él. Pero no sabe cómo escapar del demonio que les quiere robar la vida.

Sabe que esa mañana vendió un riñón en el mercado negro, como si hubiese vendido un pedazo de cualquier animal.

lunes, 24 de octubre de 2011

El Baterista



Eran las dos de la mañana, un fino sereno caía sobre la calle. Nosotros éramos dos dibujos tenues, fantasmas blancos e íbamos sobre el asfalto, despidiéndonos. Habíamos fumado y tomado toda la noche. Caminamos hasta la esquina. Él, un gigante de dos metros, extendió la mano y me dijo adiós. Días después dejé todo atrás, sin rumbo, sin destino claro. Me marche, según yo, a convertirme en escritor.

Mi amigo tenía planeado hacer algo parecido. En unos meses se iría a Cuba a estudiar percusión con un gran maestro. Su sueño era ser baterista de una banda de jazz y viajar por el mundo, tocando.

Fue el artista más apasionado que he conocido. Pasaba las 24 horas del día ensayando y estudiando, entregado por completo a la música. Creo que cuando nos veíamos era uno de los pocos momentos en que dejaba el jazz y se ponía a conversar sobre literatura, aunque siempre terminaba hablando de la vida de los grandes músicos, los bohemios que admiraba.

Hace dos meses regresé. Soy veinte años más viejo, estoy dieciocho kilos más gordo, cargo con un divorcio  y dos hijos hippies (vagando por ahí, igual que lo hice yo). Tengo algunos libros publicados que luchan por sobrevivir en la industria editorial, y ando lleno de melancolía. Por eso fui a visitar nuestro de barrio, donde crecimos, para recordar el lugar que extrañé por tanto tiempo.

El barrio aunque cambiado, seguía siendo el mismo. Cuando llegué a la esquina, donde dejé a mi amigo, no pude dejar de pensar en él.

Un poco nervioso fui a su casa. Toqué el timbre. A la tercera,  se abrió la puerta y salió una viejita de pelo blanco, vestida como una flor de Santa Lucía. Tenía los ojos casi secos, sabía que no me reconocería jamás. No quise explicarle quién era, únicamente le pregunté:

     –¿Está Felipe?
     –Está estudiando música en Cuba.

Probablemente la memoria de la señora estaba fallando. Cuando regresé a casa, tomé mi agenda telefónica y comencé a llamar a algunos viejos amigos.  Nadie sabía nada de él, pero alguien me habló de Diana, su novia de años. Ya era tarde,  pensé esperar al día siguiente para llamarla. No obstante la llamé a la una de la mañana. Al otro lado, una voz gruesa respondió. Después de presentarme, de hacer una breve plática y de que me contara que se había hecho actriz de teatro, dijo:

     –A veces hablaba de vos.
     –¿Qué decía?
     –Que eras el que lo iba a lograr.
     –¿Lograr qué?
     –Ya sabés, convertirse en artista, viajar por el mundo —no supe responder.
     –¿Se fue para Cuba, logró convertirse en músico de jazz?
     –Sí, se fue para allá, ese era su sueño. Mirá te lo voy a decir de una vez –hizo una pausa y continuó– en Cuba se contagió de Sida. Vino a morir al país hace diez años, murió en un albergue para desahuciados, lo acompañé hasta el final. La mamá no sabe nada. Felipe no quiso que se enterara. La señora se volvió loca preguntando qué había pasado con su hijo. Para ella, Felipe continúa en Cuba, sigue teniendo veinte años.

Sus palabras fueron filosas tijeras que cortaron mi garganta. Se hizo un frío tenebroso entre nosotros. Terminé la conversación.

El Baterista era para mí símbolo de pasión y perseverancia. Su recuerdo me había motivado durante años a dedicarme a lo que amaba. Durante  noches de trabajo y soledad fue la imagen de El Baterista, tocando en un cuarteto de jazz, la que me acompañó. Lo imaginaba en Nueva Orleans, en Nueva York, en París. En tantas ciudades, reviviendo las aventuras de sus admirados músicos.

A las tres, tomé de nuevo el teléfono.

     –Sabía que ibas a volver a llamar –dijo ella, guardé silencio.
     –Murió junto a su batería, tocando en soledad.

Esa mañana amanecí sin haber dormido ni un minuto. Antes de las seis salí en mi carro, con dirección a un bosque de eucaliptos. Mientras manejaba, una visión vino a mi mente. Estaba sobre un escenario, tocaba frente a un auditorio que parecía estar vacío. Desde una de las butacas, entre las sombras, me miraba El Baterista.

Me interné en el bosque, busqué un claro y me recosté. Respiré el olor de los eucaliptos, escuché los pájaros y el ruido de los árboles. Sentí el sol calentar mi piel. Descansé un poco, necesitaba recobrarme, tenía que volver a escribir. Aunque los libros terminen en máquinas recicladoras de papel.

domingo, 23 de octubre de 2011

Rarezas y artefactos: 11 de marzo



Se escuchó un sonido vibrante, como un moscardón mecánico, era un avión pequeño que  volaba bajo, aún no salía el sol. Encendió la tv. Un terremoto había devastado una nación entera.
La gente primero se quedó quieta, esperando a que pasara. Algunos sacaron sus teléfonos y cámaras, comenzaron a grabar la tragedia que se les venía encima.
Entonces
cayeron los libros
lo que había en los estantes
 todo se comenzó a desmoronar
                                                                                   cundió el pánico
salieron a la calle
fueron a las zonas seguras
pero la tierra
se abrió
las líneas del tren
se retorcieron
las tuberías de gas
los oleoductos
se resquebrajaron
iniciaron los fuegos
las fugas de radioactividad
la gente
cayó
de rodillas
sonaron
las alarmas
                                     el
infierno
           estaba
allí
corrieron
hacia
zonas más altas
lo que se venía era fulminante
miraron el mar
a lo lejos
           los tropeles gigantes
venían
despavoridos
lloraron
se abrazaron
los niños preguntaron a papá
¿qué pasa?
papá silenció un lamento
la barreras de la ciudad nos tienen que proteger
las olas se acercaron a la costa
nada los podría haber protegido de eso
las cámaras
seguían grabando
se escuchó un estruendo
la naturaleza
quería
 borrar al hombre
darle una lección
porque
el hombre no aprende
el Tsunami lo arrasó todo
detrás no quedó nada.

A los vivos
no les queda otra que esperar
que baje el agua
y luego
salir a buscar a sus muertos

¿papá, a donde está mamá?

 La presentadora de noticias acababa de anunciar que la cifra de muertos y desaparecidos era superior a diez mil y el recuento apenas comenzaba.  Días difíciles para Japón.
Trató de dormir un poco más pero no pudo, se levantó, fue a la ventana, sintió el aire. Frente a él, se dibujaba un mar de azoteas de cemento, antenas de televisión, cables eléctricos que partían el firmamento y los techos oxidados de una ciudad tóxica. No sabía si se debía a la lluvia que venía o al smog, probablemente a las dos y más tarde caerían lágrimas oscuras.
Antes de las ocho estaba en la tienda de la esquina, bebiendo un café, junto a otros hombres y mujeres que iban para el trabajo, mirando las noticias en una pantalla gigante. Los noticieros continuaban anunciando la tragedia que se vivía en Japón. Comenzaban a hablar  del desastre radioactivo de la central de nuclear de Fukushima.  
Un viento frío se le coló hasta  los huesos.






pero la realidad supera a la ficción...